México mira al norte

La velocidad de la recuperación de la economía mexicana dependerá en gran medida de EE UU

La economía mexicana se recupera con fuerza. En los últimos 12 meses ha dejado atrás una caída del PIB del 6,1% -el peor desempeño desde la crisis del tequila de 1995- para transformarla en un crecimiento del 5,3% con el que cerró 2010. Las claves del mejor desempeño económico de México en 32 meses han estado en una espectacular recuperación del comercio exterior, en los elevados precios del petróleo y en el despegue de la economía estadounidense, su principal socio comercial.

Para este año, las estimaciones siguen siendo de crecimiento, aunque con diferentes valoraciones. La OCDE ha pronosticado un 3,5% de alza en el PIB, mientras que el FMI estima un 4,2% y los analistas mexicanos prevén un 4,5%. No obstante, todos coinciden en la influencia de EE UU. Las previsiones indican que la primera economía del mundo sufrirá una ralentización en 2011, lo que afectaría directamente a México, que genera el 12,1% de las importaciones estadounidenses, solo por detrás de China y Canadá. Sectores industriales como el textil y el automotriz dependen casi exclusivamente de las compras realizadas por su vecino del norte.

De esta manera, si EE UU crece más de lo esperado, México se colocaría en la parte alta de la horquilla de crecimiento, unas expectativas que se han acrecentado desde que en diciembre pasado el Congreso de EE UU aprobara un nuevo paquete de ayudas fiscales para estimular la economía. Pese a ello, e incluso en el escenario más optimista, será imposible repetir la subida del 30% en las exportaciones del año pasado, generadas en gran parte por la baja base comparativa de 2009. Esto significa que el testigo del crecimiento necesariamente deberá ser tomado por el consumo interno, que representa el 60% de la economía.

La clave estará en la confianza de los consumidores y en el desempleo. Las cifras indican que el paro habría cerrado en el 5,2% en 2010, tres décimas menos que un año antes. Pese a todo, el empleo informal sigue ocupando a casi el 30% de la población activa. Por otro lado, el salario mínimo real disminuyó un 1,2% entre enero y octubre, lo que explica parte del débil crecimiento del 3,9% registrado por el consumo privado.

Con todo, la mayoría de los expertos coinciden en que las soluciones deben venir del lado de las reformas estructurales que optimicen la recaudación estatal y que ajusten los presupuestos públicos a la realidad de su aparato productivo. Esto pasa necesariamente por desligar los ingresos estatales de su excesiva dependencia de las exportaciones de petróleo y por acabar con subvenciones altamente improductivas. Las ventas de crudo representan cerca del 10% del PIB mexicano, pero el peso de estos ingresos en los presupuestos estatales llega al 35%.

De momento, las reformas se han centrado en aumentar la recaudación vía impuestos. En 2010 comenzó a regir el alza del IVA -del 15% al 16%- y del impuesto sobre la renta, que se elevó del 28% al 30%. Los datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) indican que entre enero y septiembre los ingresos tributarios se elevaron un 10%. Esto, sin embargo, no ha logrado mejorar los niveles de déficit público, que cerró 2010 con un 2,7%. La deuda estatal es del 30,7% del PIB, por debajo de la media de la OCDE, pero más alta que el promedio latinoamericano.

ElPais

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