"Los directivos deben buscar el éxito, no la fama"

Sony España vivió en 2010 un año lleno de turbulencias. El fabricante japonés de electrónica anunció que dejaría de fabricar en Cataluña, donde tenía su última fábrica española. Abandonaría la planta y la división sería solo distribuidora. Pedro Navarrete no tiene reparos en hablar del tema. Todo lo contrario. Nada más llegar el joven estudiante que le acompaña durante una jornada, Javier Cuéllar, comienza a explicarle los detalles de la operación.

La fábrica cerró, pero la mayoría de empleos se salvaron. Por eso Navarrete habla del asunto como de una batalla ganada. "Ha sido un año y medio muy duro. He viajado nueve veces a Tokio, escollos enormes, mucha tensión... Pero al final salió bien", cuenta a Javier, estudiante de ingeniería pero enamorado de la gestión. "La motivación es básica. La mía eran los trabajadores", recuerda Navarrete. La firma japonesa le dio en abril de 2009 menos de dos años de vida a la planta. En ese tiempo, Navarrete exploró alternativas para evitar el fin de la producción. Al final, in extremis, la encontró: traspasar toda la empresa y casi toda la plantilla a dos compañías catalanas, Ficosa y Comsa-Emte. "En la vida es importante actuar con ética. Es una inversión a largo plazo", asegura. Hay que buscar el éxito, no la fama, y el éxito, dice el directivo, es ocupar tu puesto con responsabilidad.

Al jovencísimo Javier, que ha tratado de domar los remolinos de estudiante con mucha gomina pero poco éxito, le preocupa cómo conjugar una vida de directivo y una vida privada. "No lo sacrifiques todo. Hay que cuidar lo que consideres importante, porque si no perderás el equilibrio y lo perderás todo", le advierte el directivo. A Navarrete se le ilumina la cara cuando el ingeniero le explica sus planes: "Tengo varios proyectos en mente. Intentaré montar una empresa", cuenta. "Eso es lo que hace falta. Los nuevos empresarios son los que crean futuro y empleo", le anima.

ElPais

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